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Mujer con un delantal leyendo una libreta
Celia imparte talleres de creación de velas con aceite de cocina reutilizado. Imagen cedida por Círculo Cerrado

"Ha sido un regalo encontrar un nicho de mercado en la sostenibilidad que me define como persona”

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Celia se define a sí misma como una joven “neorrural”. Una chica de ciudad que nació en Córdoba, estudió en Madrid y a sus 23 años decidió regresar al pueblo de su infancia: Villaharta, en la provincia de Córdoba. 

Pero no volvió con las manos vacías. Llegaba con el proyecto Círculo Cerrado, un emprendimiento de educación que busca sensibilizar a la población en el cuidado del medioambiente, y lo hace a través de talleres de reutilización de aceite para hacer jabón. “Para mí ha sido un verdadero regalo encontrar un nicho de mercado en la sostenibilidad que me define como persona. Círculo Cerrado ha sido el principal motivo por el que he podido estar aquí, en el pueblo, durante tres años, y por el que he podido quedarme haciendo algo que me gusta”, explica. 

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grupo de gente fabricando velas en un patio

Madrid, la gran lanzadera

La historia de Celia comienza en Madrid, durante la pandemia, cuando su interés por la fabricación de jabón le llevó a participar en un trueque semanal. “Todos los domingos cambiábamos aceite usado por jabón y, poco a poco, la gente me empezó a demandar talleres, el lugar se convirtió en un lugar de trueque general… Aquel fue un año mágico”.

Pero si había algo que Celia tenía claro es que quería volver al pueblo. Cuenta que le da un poco de rabia reconocer que fue la pandemia la que le empujó a dar el paso definitivo, pero reconoce que siempre vio el pueblo como una oportunidad. “Mi padre siempre me decía que el campo es para cuando me jubilase, porque se concibe así, como una vida retirada, pero después de la pandemia nadie podía negarme que prendemos de hilos”. 

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vela hecha con aceite reutilizado

Para impulsar su proyecto y darle viabilidad económica, Celia y el recién nacido Círculo Cerrado participaron en el concurso Emprende, Innova, Comparte de Acción contra el Hambre. La iniciativa ganó el primer premio a mejor emprendimiento sostenible y permitió a la joven acceder a un año de acompañamiento y un servicio profesional de comunicación y marketing. “Todo el crecimiento que hemos tenido este último año no habría tenido lugar sin Acción contra el Hambre, porque me ayudaron a ver lo que quiero, por qué lo quiero y cómo lo voy a conseguir”, cuenta emocionada. 

Por eso, Celia define a Madrid como su “gran lanzadera” para poder regresar al pueblo hablando de campo, de saberes perdidos y de artesanía de aprovechamiento. Pero no quiere engañar, dice, en el entorno rural hace falta crear tejido económico y, mientras esté en su mano, su propósito es ayudar a crear tejido social. Quedarse en el pueblo sintiéndose personalmente realizada. 

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joven mujer impartiendo una clase de fabricación de velas. manualidades

Educando hacia el futuro

Círculo Cerrado es una iniciativa de enseñanza y sensibilización que realiza talleres en escuelas y centros formativos. En palabras de la propia Celia, busca animar a la juventud a que vean la sostenibilidad como un valor añadido, pero de manera genuina, como algo necesario para mirar hacia el futuro como sociedad. 

Reivindicamos el pueblo y reivindicamos el aceite de oliva –como cordobesa que soy–, y lo reivindicamos como una materia prima, no como un residuo”, dice. 

¿De aquí a unos años? “De aquí a unos años yo veo a Círculo Cerrado como un referente en el reciclaje doméstico del aceite usado y como un gran colaborador y socio de SADECO, la empresa de Saneamientos de Córdoba, que es una empresa que hace muy bien las cosas”, mira hacia el futuro.

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