FOTOGALERÍA: Un año después de la DANA en Valencia seguimos aquí
Prometimos quedarnos el tiempo que hiciera falta. Y cumplimos
El 29 de octubre la vida cambió en decenas de municipios de la provincia de Valencia y otras regiones. La DANA dejó a su paso calles anegadas, bajos impracticables, comercios destrozados y familias que, de la noche a la mañana, se quedaron sin casa ni medios de vida. Nuestra primera decisión fue sencilla y rotunda: llegar lo antes posible y quedarnos hasta recuperar, junto a la gente, la normalidad. Fuimos una de las primeras organizaciones en pisar la zona cero y, doce meses después, seguimos donde dijimos que estaríamos: en todos los municipios valencianos afectados.
No solo acudimos a ayudar. Llegamos para compartir la esperanza de que, aunque el camino hacia la recuperación fuera largo, lo recorreríamos juntas. Incluso después de la emergencia. Y seguimos aquí:
- Doce meses después
- Cuatro fases de actuación
- Un propósito: volver a la normalidad
FASE 1: EMERGENCIA. FUIMOS DE LAS PRIMERAS EN LLEGAR
Activamos el equipo el 31 de octubre y, en menos de un día, ya estábamos evaluando necesidades y distribuyendo ayuda en varios municipios. En esas primeras semanas repartimos 3.000 raciones de comida caliente y 300 kits de limpieza, mientras poníamos en marcha las tareas urgentes de saneamiento para prevenir riesgos de salud pública.
FASE 2: LIMPIAR PARA VOLVER A EMPEZAR
La retirada del barro y del agua estancada fue clave para que la vida pudiera reanudarse. Durante dos meses desplegamos maquinaria pesada: bombas de achique, camiones de extracción de lodo de alcantarillado, contenedores de obra, dumpers y equipos de succión para garajes y bajos en localidades como Massanassa y Paiporta. El objetivo era doble: evitar enfermedades y permitir que comercios y viviendas fuesen habitables de nuevo.
FASE 3: TARJETAS DE AYUDA SOLIDARIA, LA FORMA MÁS RÁPIDA DE DEVOLVER AUTONOMÍA
Cuando lo urgente estuvo encauzado, pasamos a la ayuda directa: 770 tarjetas de 1.000 € para cubrir necesidades esenciales (muebles, electrodomésticos, alimentos o materiales de reparación) y, al mismo tiempo, reactivar el comercio de proximidad. Las entregas comenzaron el 3 de diciembre en coordinación con los servicios sociales municipales de Catarroja, Albal, Picanya, Paiporta, Alfafar, Massanassa y Sedaví. Menos burocracia, más eficacia y dignidad.
FASE 4: EMPLEO Y FUTURO, PERMANECER PARA RECONSTRUIR VIDAS
Pasada la emergencia, tomamos una decisión estratégica: permanecer en la provincia e impulsar itinerarios de empleabilidad para quienes tenían que volver a empezar. Entre enero y junio pusimos en marcha, entre otros, Vives Emplea Saludable para personas migrantes (Alfafar), Vives Emplea Saludable para familias en situación de vulnerabilidad (Catarroja) y una Escuela de Empleo de Logística y Almacén (Sedaví). De junio a diciembre se suman Vives Emplea Saludable para mujeres (Alfafar), la continuidad con familias en Catarroja y nuevas Escuelas de Empleo de Logística y de Bricomanitas (Albañilería y Carpintería Metálica) en Sedaví. Todo ello, mano a mano con Servicios Sociales para difundir los programas, derivar participantes y, en Alfafar, ceder espacios e involucrar al equipo técnico municipal en talleres saludables.
Y LO QUE VIENE
Además, este verano hemos puesto sobre la mesa dos propuestas con mirada larga: Barrios que alimentan y Nutriendo Lazos. Si se aprueban, prevén 15 meses de trabajo desde enero de 2026 —la segunda, muy pegada a Catarroja, Massanassa, Paiporta y Sedaví— y suman casi 800.000 € de inversión social.
¿El objetivo? Comer mejor, cuidarnos mejor y crear oportunidades reales a partir de la fuerza de la propia comunidad.
GRACIAS POR HACERLO POSIBLE
Detrás de cada bomba de achique, cada contenedor y cada tarjeta hay personas que confían en nuestra manera de responder: salvar vidas primero, quedarnos después para garantizar que nadie se queda atrás. Gracias por sostener, un año después, esta promesa compartida.