¿Cómo afecta la desigualdad salarial en España? El trabajo que "regalan" las mujeres
Más de un 65% de las personas participantes en nuestros programas de empleabilidad en España son mujeres que buscan mejorar su situación en el mercado laboral e integrarse en sectores históricamente masculinizados
Las mujeres en España trabajan gratis 73 días al año. Estos son los datos que arroja el último informe “Brecha salarial” publicado en febrero de este 2024 por uno de los sindicatos más representativos en las administraciones públicas y con presencia creciente en el sector privado: el CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios).
Esto significa que, si durante el resto del año mujeres y hombres hubieran tenido el mismo salario, desde el día 19 de octubre hasta final de año la mayor parte de las mujeres trabajadoras de nuestro país estarían trabajando sin cobrar nada. Una situación que, según esta investigación, podría llevarnos más de medio siglo revertir.
Desde Acción contra el Hambre en España trabajamos para hacer frente a estas desigualdades empoderando a las mujeres en su proceso de reincorporación laboral o ayudándolas a formarse en sectores históricamente masculinizados, donde los salarios suelen ser más altos.
Y es que, entre otros, la pandemia ha sido uno de los factores que más ha hecho crecer la desigualdad salarial en nuestro país. Los cuidados familiares han vuelto a robar horas y oportunidades de trabajo a las mujeres, arrinconándoles en empleos tradicionalmente feminizados y peor pagados, o haciéndoles renunciar para conciliar, sacrificando su desarrollo profesional.
Así lo recogía el informe “II Índice ClosinGap” de PwC en 2022, justo tras los confinamientos más estrictos en España, cuando se alertaba sobre un aumento de la brecha salarial de más de un punto porcentual respecto al año anterior. Frente a una brecha del 35,9% en 2021, el 2022 terminaba con una desigualdad del 36,7%.
Trabajamos por el derecho de las mujeres a un empleo digno y retribuido justamente
Desde Acción contra el Hambre queremos ser el motor de cambio de esta realidad. Por eso, además de las tres Escuelas de Empleo exclusivas para mujeres en sectores hipermasculinizados como la electromecánica o la energía fotovoltaica, hemos inaugurado también una cuarta Escuela en formación Logística y Limpieza Industrial en Castelló. Capacitamos a las mujeres desempleadas para trabajar fuera de los empleos históricamente feminizados, usualmente mucho peor retribuidos.
Todos nuestros programas presentan un mayor número de participantes mujeres (alrededor del 65%), ya que son ellas quienes enfrentan más desigualdades y discriminaciones en el entorno laboral y quienes encuentran más obstáculos para reincorporarse después de un periodo de inactividad –ya sea por maternidad, cuidados familiares, etc.
“El cuidado de mis padres, durante ocho años, fue como si yo tuviera un trabajo. Cuando mi padre falleció yo intenté salir hacia adelante, pero la única salida era seguir cuidando personas mayores o quedarme en casa. Por eso, cuando encontré el programa de Acción contra el Hambre para emprendedoras, me sentí muy ayudada, muy cobijada, muy feliz de haber emprendido”, cuenta Salud, participante en nuestros programas de emprendimiento.
Promovemos el empoderamiento de las mujeres no solo trabajando con ellas, sino también con las empresas, los hombres participantes en nuestros programas y otras entidades sociales. Apostamos por un empleo de calidad, inclusivo e igualitario para todas las personas, independientemente de su género, edad u origen cultural.
La importancia de sensibilizar
Sin embargo, la mayoría de las veces no basta con empoderarse y encontrar trabajo. “Una vez que consiguen empleo, entre los testimonios de estas mujeres nos seguimos encontrando con que cobran menos que sus compañeros o que no pueden acceder a puestos de mayor responsabilidad –y con ello a una mayor retribución económica– debido a las dificultades de conciliación”, explica la gestora de programas de Empleo de Acción contra el Hambre en España, Lorena Hernández.
Aquí entra en juego nuestra labor de sensibilización y nuestro propósito es llegar a tres grupos principales: las empresas e instituciones, las propias mujeres y los hombres. Por un lado, nuestro trabajo con las empresas tiene como objetivo cambiar un imaginario laboral colectivo que asocia determinado tipo de empleos con un género concreto, ya sea por la inercia del pasado o unos estereotipos arraigados, limitando lo que las mujeres pueden o no hacer. Nuestros programas de inserción femenina necesitan de la voluntad de las empresas e instituciones para impulsar la igualdad laboral y salarial, y eso se logra sensibilizando.
Por otro lado, ayudamos a crear referentes femeninos que sirvan como motor de cambio, sensibilicen e inspiren a otras mujeres. Esto ayudaría a terminar con las creencias limitantes de muchas mujeres, que creen que no disponen de las capacidades necesarias para desempeñar ciertos trabajos o que no conocen las condiciones laborales de algunos sectores como la industria, donde en muchos casos existen puestos de trabajo con buenas condiciones económicas y horarios que permiten la conciliación. Incidimos en estos aspectos para que cada vez más mujeres vean estas opciones como viables.
Finalmente, trabajamos de manera transversal con los hombres participantes en nuestros proyectos, con quienes se aborda la corresponsabilidad real en los cuidados familiares. Sensibilizamos contra los mandatos sociales de género que impiden a las mujeres romper el techo de cristal o liberarse “del suelo pegajoso”, un punto de partida desigual donde las mujeres comienzan en desventaja frente a las condiciones, tiempos y oportunidades de los hombres.